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PETRA V.1.0

Probablemente en su pueblo se le recordará como cachorro de buenas personas

Probablemente en su pueblo se le recordará como cachorro de buenas personas

La noticia ya nos llega como todas las demás, cierta desidia nos embarga con ese tipo de eventos. Le comento y me mira con cara de aburrimiento para decirme que le da “lata” (=le aburre) el temita. Pues a mí también, le contesto en un tono de “qué te crees que si acaso soy de otro planeta, que si acaso no entiendo que es una reverenda lata”. Y callo y le cuento del amigo que fue a ver Massive Atack y que le dio mucho frío pero lo gozó, que sólo le falta ver a Radiohead para envejecer tranquilo. Tema que me da el ráting necesario para seguir la conversación: -¿No crees que es importante que se le haya desaforado para hacerle juicio?- insisto. -¿Crees que eso cambiará algo? dime Petra, ¿lo crees?-, me contesta.

Creo en la existencia del átomo y jamás he visto uno: cuestión de fe.

Curioso, pienso. Cuando habían protestas en los años difíciles, me iba de la facultad para evitar el zorrillo que con sus extraños gases me obligaba a andar con el inhalador un mes entero -el asma es muy mala compañía en las revoluciones, es sabido eso- y, además, me hacía correr el rimmel en forma indecorosa. Sin embargo, mi interlocutor era de los que estaban ahí, en la batalla, creyendo que debía luchar por un mundo mejor, acabar con las injusticias y darle al pueblo la dignidad perdida. Y ahora le daba “lata” el tema. Horror: ha perdido su romanticismo, deduzco en forma histérica y apresurada.

Un reposo claro / y allí nuestros besos, / lunares sonoros del eco, / se abrirían muy lejos. // Y tu corazón caliente, / nada más. F.G.L.

En el colegio de mi infancia catalana tenía compañeros que adherían al liberalismo dogmático y otros al anarquismo puro. Yo seguía algo perseguida con mis ideales postmodernos (todo un adelanto intelectual, vamos). Todo ello perdió sentido en el entorno universitario del Chile aún en dictadura, aunque haya vivido apenas un año de ello. Fue impresionante. La ley: no hablar, ni siquiera mencionar algo de política, podías morir en el intento. Dicha ley obligó a desarrollar un discurso ambiguo, es decir: decir sin decir.

Y el legado continúa.

Se dirá que tenemos / en uno de los ojos mucha pena / y también en el otro, mucha pena / y en los dos, cuando miran, mucha pena... / Entonces... ¡Claro!... Entonces... ¡ni palabra! C.V.

// y tú ¿dónde vas estar? //

// y tú ¿dónde vas estar? //

-... ya noté que no tienes ganas de ver “Troya”, Petra, ya me di cuenta que tendré que verla solo, como “Capitán de mar y guerra”... pero hoy es el preestreno de ”El día después de mañana” ¿te parece si la vamos a ver?-.

Evidentemente, cuando una es cinéfila, no todo es cine para el análisis, o ciclos de cine arte, y se aceptan encantada invitaciones para una peli que te promete autos que se te van a venir encima, o más de una catástrofe que es de mentira -cuando las de verdad ya están demasiado vívidas- junto al sensurround que siempre me da esa cosa que obliga a sacar algún bombón de la cartera.

Y la gocé, aunque parezca extraño que se pueda gozar una peli que dice de una hecatombe que pudiera ocurrir de verdad. Hay material variado sobre el tema y suena a que quizás, o que tal vez o que podría ser. La peli tiene cierto humor y crítica muy light. El público que asistió a la salita -llena- del Hoyts del centro gozó con risitas, comentarios y aplausos. En alguna parte de la película creo que aguanté la respiración, cosa que no puedo evitar cada vez que alguien se mete al agua, es como si solidarizara con el protagonista del film. No citaré spoilers del film por si no la has visto aún, pero sí comentaré que entretiene si uno va en plan light. Nada que ver con “Ciudad de Dios” o “El viaje de Chihiro”, si es por nombrar pelis que te dejan como sin saber si verás algo mejor en tu vida.

Al salir del cine, nos tomamos un cafecito y nos sentamos seriamente a resolver qué ibamos a hacer en caso de una hecatombe glacial, -¡pero hombre, si aquí en Chile no pasaba nada!, ¿para qué preocuparse?- dije, -... tienes razón Petra, nosotros solamente podemos morir en un terremoto... -, aagh, detesto la realidad.

Casualmente, había empezado a leer “Las películas de mi vida” de Fuguet días atrás. Tenía ganas de leer esta novela por una curiosidad que tiene su historia.

Resulta que estaba un día pensando que por las características del oficio, no hay novelas o películas cuyos protagonistas sean diseñadores, lo que ha potenciado el desconocimiento o valor social de esta labor, imagino. Justo el día que pensaba ese “tópico”, escuché a Fuguet y Warnken en Concierto Enfoque, donde el Alberto señalaba esto de las profesiones, y explicaba porque había dado el oficio de sismólogo al protagonista de su novela. ¡Es lógico! Un país sísmico, como Chile, debiera estar lleno de sismólogos; sin embargo, está lleno de periodistas, abogados e ingenieros comerciales, ah! y diseñadores.

Apenas llevo sesenta páginas del libro, pero la mezcla del “Día después de mañana” y esta novela de Fuguet tuvo una consecuencia: desperté esta madrugada, semi desesperada, porque estaba escondida en un ascensor mientras escuchaba el sonido de un tifón (jamás he oído uno, pero ya sabes, en los sueños uno sabe). Por eso, hoy he decidido seguir con otra novelita, de la Almudena Grandes. Ella le hace más al relato erótico, así que a lo mejor, en una de ésas, esta noche tengo sueños algo menos angustiantes que anoche.

:: off the record: ya tendremos un momento más favorable de encontrarnos ::

¿¿eRre.eSe.eSe.QUé?? - TRES DE TRES / final

¿¿eRre.eSe.eSe.QUé?? - TRES DE TRES / final

o “Mi larguísima historia de como se me está echando la yegua”.

Tiempo estimado de lectura: 0.75 minuto para veloces, 1.03 segundos para precoces y 1 hora y 2 minutos para disléxicos.

:: off the record: sabes Roberto, creo que si hubiera sido la princesa Letizia me hubiera puesto un sencillo colaless blanco debajo de ese Pertegaz, a modo de generar una instancia visual de lo público y lo privado y, de paso, entusiasmar a Felipillo que me tinca medio ni ahí con todo ::

Fiel a Macintosh, me hice de uno cuando dejaron de ser la horripilancia que eran y se pusieron de colores. Aún tengo el mismo. E incursioné en otra área: la lingüística, el discurso y estudié a fondo en ello. Y el Mac pasó a ser parte de mi vida, como lo es mi Venerado Sony Wega, los libros -todos- y mi hervidor de agua Somela. Seguí escribiendo cosas que nadie lee (no porque no lo haya expuesto, sencillamente porque ya acepté que las personas detestan leer lo que escribo), esta vez sobre la ética en el diseño y los discursos visuales y otras vainas relacionadas; cositas que, obviamente no son para publicar en un blog. Al menos no gratis, je. Ah, recordé un foto-blog algo bizarro y que no entendí nada, pero que es muy interesante (esto último desde el punto de vista académico digo).

La urgencia por sobrevivir, comer, pagar las cuentas y esas cosillas tan poco glamorosas, en el momento que mis entradas económicas se acabaron por completo (sí, sí, bancarrota total) opté por hacer un intenso upgrade de mis conocimientos tecnológicos. En el servicio free-lance le piden a una de todo, desde una etiqueta de sábana a una web corporativa, lo curioso es que es por el mismo precio, pero ese es otro tema.

Y vino el nuevo descubrimiento: el RSS. (pom, pom, pom... timbales please).

Dicen que los trackbacks también son de lo más top.

:: off the record: lo más lamentable de la bancarrota es que justo se le ocurre venir a Massive Attack y Human League al mismo tiempo, diantres ::

La autora Rebecca Blood inicia su weblog con el siguiente verso del poeta preferido de mi madre, Rilke:

“If your daily life seems poor, do not blame it; blame yourself, tell yourself that you are not poet enough to call forth its riches”.

Creo que ella ilustra fielmente el input emocional que a muchos nos ha llevado a escribir para lo público -y gratis-. A dos meses ya de haber iniciado esta aventura, que para muchos es de años, he comprendido y reforzado la idea preconcebida de “bondad” de esta tecnología. Si bien es cierto que Blogia no ofrece la versatilidad de Blogger, no permite RSS, al menos yo no sé como, (y el soporte técnico de Blogia se cansó por falta de recur$o$) seguiremos aquí hasta que la muerte nos separe -la virtual digo-.

Todo lo anterior es para contextualizar un sentimiento que me asusta: se me está echando la yegua, lo noto. Observo como sigue la velocidad vertiginosa del avance digital mientras yo “reviso” los blogs amigos a través de mis “favoritos” del Internet Explorer... ¡existiendo RSS!, y por si fuera poco alentador mis malos ciberhábitos, mi adorado iMac sólo tiene el mac/os 9.2, ni siquiera sabe del mac/os X.

:: end: me comentó un amigo que Fernando Flores se puso a dieta ::

¿¿eRre.eSe.eSe.QUé?? - DOS DE TRES / medio

¿¿eRre.eSe.eSe.QUé?? - DOS DE TRES / medio

o “Mi larguísima historia de como se me está echando la yegua”.

Tiempo estimado de lectura: 1 minuto para veloces, 1 segundo para precoces y 1 hora para disléxicos.

:: off the record: qué agradable, el café está humeante, huele bien. Amerita un cigarrillo ::

Ya en Chile, todo lo anterior ocurría en España y Argentina (cosas de un pasado nómade), me puse a estudiar Diseño y a trabajar casi al mismo tiempo. Ahí redescubrí de nuevo la magia tecnológica: el adorable Macintosh. Dio la casualidad que me tocó formar parte de esa generación que salió de la universidad con conocimiento acabado del Dr. Halo, el Paint Brush y, por mi trabajo, el PageMaker de Aldus. Volví a enloquecer. Hice investigaciones, escribí ensayos que jamás leyó nadie, experimenté hasta al hartazgo con las posibilidades que le “abría” la tecnología a los nuevos designers. Escribí sobre postmodernidad, que Lyotard, que Habermas, que McLuchan, Wittgenstein y la cacha de la espada. Mis profesores no confiaban. Waldo me decía que eso le sonaba a cuento de ciencia ficción: algún día una gran computadora dominará el mundo, me dijo una vez.

:: off the record: bajé un kilo gracias a la bronquitis, aún me sobran tres, pero me daré el permiso de comerme la barrita de chocolate -con almendras- que tengo escondido en el tercer cajón de mi escritorio ::

Mis habilidades poco comunes en el mundo de las “nuevas tecnologías” me abrieron puertas inmediatas en el mundo laboral mejor remunerado. Mi mano izquierda se endureció y olvidó la ilustración, talento que imaginaba me iba a dar un merecido espacio en alguna galería de arte (mi sueño era la Fundación Miró, en BCN). Y vino la locura del principio: cuando ya dominabas la versión 4.2.0, venía la 4.2.3, después la 4.5.2 y ya no sabías cuando iban en la 5.7.1. A pesar de eso, di clases en la universidad (por aquel entonces oficiaba de superwoman) sobre aprendizaje de softwares aplicados a los talleres de diseño. Por entonces, les decía a mis alumnos, debo acotar que algunos eran muy crueles: en verano se ponían unas poleritas muy provocadoras que dejaban lucir sus juveniles tatuajes, siendo que una es muy sensible, bueno, ejem, les decía que la tecnología era un ambiente, que ellos eran los pensantes, que Levy, que Virilio, que Piscitelli (ojo, link pesado, más de 3 mb), que Carson o Jobs. Ellos sólo me respondían que los equipos estaban antiguos y no funcionaban bien, que no se podía hacer nada y que porqué en Macintosh si estaba Windows. Es una duda algo trascendental que no puedo responder aún, me da lata pensar eso, prefiero pensar cosas más simples como de dónde venimos, a dónde vamos y tal.

¿¿eRre.eSe.eSe.QUé?? - UNO DE TRES / principio

¿¿eRre.eSe.eSe.QUé?? - UNO DE TRES / principio

o “Mi larguísima historia de como se me está echando la yegua”.

Advertencia: hipertexto de extrema autorreferencia, largo y espeso. Antiweb, inusable y tal.

Tiempo estimado de lectura: 2 minutos para veloces, 1 segundo para precoces y 1 hora para disléxicos.

:: off the record: oigo al abogado chileno Hernán Montealegre desde mi adorado Sony Wega, comentando que existen dos clases de tontos: los generales y los específicos ::

En un principio, la idea de ser astronauta influyó. Los Supersónicos también. Sin embargo, creo que todo comenzó con un premio que me gané en el colegio por haber hecho el pesebre más original. Era un pesebre “galáctico”, tenía una bella cúpula de cristal hecha con la semicircunferencia de vidrio de un antiguo reloj ruso que tenía, en cuyo interior se veía la Sagrada Familia en paper maché. El premio: uno de esos antiguos juegos para la tv (horror: no me acuerdo como se llamaba), incluía tenis, squash y tiro al blanco; y, lo mejor, incluía la escopeta para ello. Corría el año ‘80 del siglo XX, creo. De ahí vino más tarde el Atari, que nunca tuve, pero siempre tuve acceso a alguno. Enloquecí y estudie Basic, Cobol y hasta Lotus, además de teatro e inglés, dicho sea de paso. Así que decidí, al salir del colegio -a los 16 años- que iba a ingresar a Ingenieria en Informática.

Evidentemente eso no ocurrió.

:: off the record: debo volver a encender la estufa, tengo las manos heladas ::

El culpable de todo: mi antiguo amigo Pablo, que no he visto en más de 3 lustros. El día que decidíamos nuestros futuros, prefirió olvidarse del Diseño -su opción entonces- y se fue al espectáculo, no tuvo mejor idea que marcharse con su convicción y dejarme en la mano el currículum de esa carrerita (@•#?¬brr#). Yo creía que el diseño era una cosa de niñitas ñoñas a las que le gustaba la ropa.

Moraleja: jamás, jamás escupas al cielo.

:: Bill dice que los weblogs "la llevan" ::

:: Bill dice que los weblogs "la llevan" ::

Leo con curiosidad la columna de Ismael Nafría, de la Vanguardia de Barcelona donde señala que Bill -el Gates- da su "venia" al fenómeno weblog.

Dice el autor que Bill dijo el pasado jueves, entre otras cositas, que los weblogs pueden significar una evolución interesante en los business. Ya más de 700 empleados de Microsoft tienen su weblog, no es poca cosa (supongo).

La verdad, no sé si servidora peca de inconciencia o simplemente reproduce a través de la tecnología su inhabilidad para los negocios. Nunca había pensado verle el lado comercial a este hábito de escribir. Mecachis, con lo necesitada que anda una de una caricia monetaria.

Pepe Grillo me comenta, desde mi hombro derecho, que sea honesta conmigo misma y acepte comprender que lo que de este teclado sale vale bien poco -añade en voz baja que haga uso de la resiliencia, la inteligencia emocional y de esos mantras aprendidos a través de internet- , dice que la información que otorgan las palabras de esta humilde servidora no "sirven" para nada (Ommmmm sai rammmm). Le acabo de responder que el Código da Vinci tampoco "sirve" de mucho -mejor desvelarse leyendo a la madame Blavatsky si es por misterios interesantes, vamos-, entretenerse un rato quizás. Bien que se "vende" el libraco ése ¿eh? ¿qué me dices de eso? Pepe Grillo al parecer no me ha escuchado, pues su celular ha sonado y está respondiendo una llamada de un político amigo, cercano a ambos, observo por el tono de voz de Pepe que se trata de algún problema de conciencia de nuevo, ya que pone los ojos en blanco y me mira moviendo su labios en forma de bla, bla, bla.

Ya que Pepe Grillo no me permite la paz y tranquilidad de lamentarme de mi tontera intelectual, pienso con ansiedad: ¿qué opinará Steve - el Jobs- de todo esto? Vaya, que siempre me han gustado segundas opiniones y tal.

:: El medio es el masaje ::

:: El medio es el masaje ::

Estoy aturdida con este show de la Boda Real, en español en original.

Disiento de anacronismos, me asiento en igualdades y creo en un mundo lo menos discriminatorio posible, son férrreas convicciones que me han convertido en un ser de a pie y bastante desaliñada de glamour. Pero sucumbí. Caí, así, sin miramientos. No pude resistirme, me enrosqué junto a mi madre (sólo con ella puedo darme este placer culpable) y cuan ballet de víboras comenzamos a descuerar, pelar, cotillear cuánta imagen se nos atravesó vía TVE.

Que mira la Duquesa de Alba, que nadie puede con ese vestido, el de la Botella atroz pero la Sonsoles se ve regia, que mira que bella la reina de Jordania, pues qué majo el vestido de Pertegaz, yo iría con un Chanel dice mi madre, pues yo no sé, le digo; me gusta el desparpajo de la Agatha Ruiz de la Prada, pero creo que me abría mandado a diseñar algo sobrio y elegante. Agrego que tal vez hubiera deseado llevar a mi príncipe consorte atado a un collar de oro y brillantes. Mi imaginación se desborda y los zapatos de la realeza se estropean bajo la lluvia.

¿No están muy serios? comenta alguien, y es que no es para menos, pienso en voz alta: nadie puede estar con ganas de frivolidades mientras el obispo alarga lo indecible el show con pasajes de las bodas de Cannah, Jesús y el sacramento que, después de todo, da pie al evento más toptoptoptop del año.

Veo a Samaranchs llegando con Pujol, recuerdo el libro aquel de "Los señores de los anillos", no el de Tolkien, sino el de aquellos periodistas que “desvelaban” las oscuras andanzas de los señores del Comité Olímpico. Veo a la infanta Elena de maja vestida con su Jaime de Marichalar y pienso si será cierto que se quieren separar.

Pienso que el amor disfrazado de seda y brillantes tiene su cosa, no sé, es simpático. El cuento me gusta, me lo creo y no me interesa el final. Vuelvo a ese tiempo en que recortaba figuritas de papel a las que le colocaba vestidos, en fin, cuando un show es bueno se disfruta.

Foto superior: Ojo, que no era parte del menú. Pero sí fue de lo mejor en la “decoración” del evento. Bendito seas.

¡¡Salud por los novios!! hic.

Una simple confusión

Una simple confusión

La cosa fue difícil. Al principio no entendí bien, pero después fui conformando el sentido de toda la situación.

Al parecer Hades anda algo estresado. Se ve que Perséfone se ha puesto muy esquiva en sus labores conyugales y anda algo envidiosa por la boda de Doña Letizia y el príncipe Azul de Borbón. La cosa es que Hades confundió a su señora con servidora.

Así fue amigos míos, fui confundida por Perséfone y he debido vivir intensos días en el inframundo. Pasearse entre fantasmas y muertos no ha sido cosa fácil no. Por suerte he podido escapar al descuido de Hades que se ha abonado al nuevo canal Play Boy y se enajena con el control remoto. Un alivio.

He regresado a casa, a mi Venerado Sony Wega, a mi adorado iMac índigo. Me traje del mundo de Hades una carraspera y unas ojeras muy góticas que espero cedan al paso de los días.

¡Gracias a todos por su cariño!

¡¡¡¡¡¡@#%¬‘?¯ Brrrrrrrrgghhhrr!!!!!

¡¡¡¡¡¡@#%¬‘?¯ Brrrrrrrrgghhhrr!!!!!

(me hacen falta vitaminas...)

¿Futuro sin cables?

¿Futuro sin cables?

Una vez, conversando las bondades de la tecnología con un amigo, sacamos la conclusión de lo primitivos que nos ibamos a ver en el futuro con todo el cablerío que tenemos para conectarnos en la red. Yo pensé que, además, me seguía pareciendo primitivo, poco ergonómico, esto de una pantalla, teclado y mouse; pero creo que eso es ya falla de mi psiquis.

Lo bueno es que hay una noticia esperanzadora: ya se consiguió -gracias a la física cuántica (qué bonito suena eso)- teletransportar información.

Al parecer lo de los cables es idea mía nada más, porque se habla más de seguridad y tal. La intención, para no desanimarse, es tratar de no oír a Virilio y esas visiones catástroficas que tiene sobre las tecnologías.

De todos modos, ésa es una buena noticia. Me encantan las buenas noticias.

Peces y filosofía

Peces y filosofía

Tendría siete u ocho años, cuando un vecino del edificio en donde vivía me regaló dos pececitos. Eran de color naranja. Y comían unas escamas de colores hediondas, Tetramin (recordé el pasaje de los bagres de la Amelie Nothomb en su Metafísica de los tubos, pero esto no tiene nada que ver).

Me lucía con ellos ante mis amiguitas y amiguitos, los tenía en una de esas peceras redondas, con arena y una planta plástica; siempre quise ponerles uno de esos buzos que tiran aire, pero habría que haber evacuado a los peces, aquello habría sido superpoblación. El ambiente acuático de mis mascotas era bien minimal por cierto, eso que mi madre aún no se fanatizaba por el feng shui entonces. Los había colocado en la biblioteca de la casa, eran dos enormes libreros blancos repletos de libros. Al principio estaban a una altura baja, en la "sección" de los libros y revistas de mi hermana y míos, pero debido a la mirada de Benito y sus posteriores intentos por bucear en la pecera, mi madre los colocó a más altura, "sección" libros de filosofía. Más arriba aún, donde yo no llegaba, estaban los libros “para adultos”. Mi máxima aspiración era tener el tiempo suficiente para poder leerlos; pero el colegio, la tv, las amigas, Benito y mis peces naranja me llevaban demasiado tiempo.

Uno de ellos, el más pequeñito falleció a los meses después. Nunca supe porqué, sencillamente ya no estaba un día que volví del colegio. Benito fue el principal sospechoso: una porque sabía estaba celoso de los peces, otra porque era un gato caprichoso y maquiavélico. El asunto es que mi pececito solitario empezó, al cabo de un par de años, a tener comportamientos extraños: Intentos de suicidio. Daba un salto descomunal que lo hacía caer al suelo. Era el colmo, recuerdo, esa época. Mi gato tenía el mal hábito de chupetear la colcha de las camas, trastorno psicológico retroactivo -dijo el veterinario- de un destete temprano. Y, después, el pececito con depresión. Un desastre animal aquello.

Un día, contemplando la belleza de mi pececito con depresión, a esas alturas gordo y con unas manchas negras en su cuerpo, le pregunté a mi madre porqué en los libros que ahí habían no figuraba ninguno escrito por una mujer. Me rectificó diciendo que había uno, y prosiguió con un “si tuviera la bondad” de alimentar al pez deprimido y cambiarle el agua, que ostentaba un color verde y lucía los hilitos que mi pececito excretaba producto del Tetramin. Algo me olía mal, además del agua de la pecera. Pero “mi bondad” era superior.

La medida del tiempo infantil es tan amplia como la imaginación lo permite y la veleidad propia de la edad -que aún pareciera acompañarme en la adultez creo- hizo que olvidara el incidente y la pregunta sobre la “filosofía femenina”. Al menos un período.

Transcurrido un buen tiempo, mi pececito tuvo éxito en uno de sus intentos de suicidio. Lo encontré en el suelo boqueando y no pude salvarlo, Benito ni siquiera osó en acercarse, por ese entonces obsesionado con el canario de mi vecino, el Sr. Calvo. Mi madre me consoló arguyendo de que estaba demasiado viejo y que ese tipo de peces no duraba tanto, que era “su hora”. Mi padre decía que la filosofía le había alargado la vida, a lo que mi madre agregaba -será por eso que se quiere matar el pobre, tanta filosofía lo tiene loco-. La verdad, lamenté la muerte del pez un tiempo, sí, tal vez una hora, o quizás un día entero.

La filosofía tenía directa relación con la vida y muerte de mi pececito depresivo. Era digno de tomar en cuenta y respetar.

Hoy en día no tengo peces. Mi perro -Horacio- también murió, el año pasado de una vejez extrema, pero éste no sabía nada de filosofía. Era un perro psicópata que acabó con mi último intento por tener un gato, animales que adoro a fuerza de antihistáminicos.

Pero sí tengo un par de libros escritos por mujeres, no mucho más la verdad. Es curioso, o quizás las mujeres no estamos para filosofías. Inevitable no hablar de feminismo en el caso de algunas filósofas, no es el caso de “nuestra” Carla Cordua, pero las admiro a ellas, y eso que no saben que tienen el poder de deprimir a un pez.

::: Picasso, sacúdete en tu cripta :::

::: Picasso, sacúdete en tu cripta :::

Suena a verdad de Perogrullo, pero no me cabe duda que $ 57.939.000.000 chilenos -algo como U$ 93 millones- sirven para mucho más que para darle "valor" al talento del pintor. Puede ser que dicha suma debe esconder secretos inconfesables de su procedencia.

Me imagino una novela con muchos mafiosos que no parecen mafiosos, con muchos malos que luchan con los buenos, muchos buenos que después son malos y malos que después de todo eran buenos.

Me gusta el arte y entiendo el valor de la contemplación, de como eleva el espíritu la mano trascendente de un artista que sabe remecer con su mirada. Pero soy esquiva a no reaccionar con espanto a la idiotez: el mundo tiene hambre y la noticia viene de la inversión millonaria en Sotheby's.

Es un escándalo.

misterio # 1.392

misterio # 1.392

Creo que hay una niña asustada. Esa niña tiembla, lo puedo sentir. Le aprieta el estómago, le casi duele, está muerta de miedo y no puedo saber qué le pasa. Trato de cerrar los ojos para sacarla de ahí.
La niña dice que le teme al cuco. Que le ha visto la cara y es muy feo. Le digo que el cuco no existe y me repite que lo digo porque no lo he visto. Dudo. La niña sigue temblando.
Me trato de acercar para que la niña sienta menos miedo y no puedo.

La niña llora y me caen lágrimas por las mejillas.

Sobre cebollas, caídas y un pie desnudo

Sobre cebollas, caídas y un pie desnudo

La decisión fue difícil, ir al supermercado o a la feria. Alain Botton debió ver mi rostro ante tal situación. Pero decidí arroparme de la mezcla de mujeres arrastrando carritos y la picardía de los vendedores informales, los caseritos para los más experimentados, en esa aventura de comprar en la feria dominical.

Fue ahí que le vi. EL vendedor de cebollas, vi la muleta y su dificultad para caminar. No pude evitar preguntarle: -¿qué le pasó casero en la pierna?. Mientras su mujer, cigarrillo en mano, envolvía las cebollas, el feriante empezó a contarme.

Había sido carpintero, llegó a ser de primera aclaró. Una vez en una obra, estando en el octavo piso sobre un andamio, éste perdió estabilidad y lo arrojó al suelo junto a cuatro compañeros. El no sabe cómo se salvó, cayó encima de dos que no vivieron para contarla, -uno en ese momento no se da cuenta de nada- dijo; así que con la jubilación decidimos con mi esposa dedicarnos a vender cebollas y ajos, algo que no fuera muy complicado explicaba. Le respondí con la torpeza que le viene a una cuando queda impresionada. Al ver mi emoción, agregó que todos teníamos un sufrimiento en la vida. Quise recuperar mi serenidad habitual (aquello cool que nos caracteriza a los que creemos que lo somos) y le tiré un -Ni que lo diga, pero a final de cuentas estamos vivos que es lo que cuenta ¿verdad?-, entonces ahí el hombre sonrió mirando a su esposa, una mujer cuya belleza se perdía en sus intensas cejas. Ella, extraviada de ese momento, producto de ese alemán que hace de las suyas -Alzheimer-, le pasó las cebollas a su marido y se llevó el cigarrillo a la boca para mirarse las uñas mal pintadas.

Regresé a casa pensando que tal vez me caí de un octavo piso años atrás, que tal vez no morí por los que cayeron primero que yo y me salvaron. Pero no, sólo me caí una vez a los 15 años, donde me rompí un tobillo, aquella vez el profesor de Física, el hombre más bello del colegio, me tomó en brazos, me llevó a la enfermería y me sacó el calcetín y el zapato. Esa caída también fue importante para mí: comprendí que -aún en el dolor- desnudar mi pie frente a un hombre bello me provocaba placeres inimaginables.

Soy Mano Resonante Azul

Soy Mano Resonante Azul

Y me gusta.
Me gusta el modo en que la sabiduría maya desvela una nueva dimensión de mí por el día en que nací.
Saqué mi sello personal para saber qué decían los mayas. Y resulta que soy Mano Resonante Azul. Suena fantástico, dice que traigo el poder de la realización y curación. Qué bello, quiero ver ese poder.
Levantaré mis manos en alto y gritaré mi mantra:
UUC EB
UUC CAUAN
UUC CABAN
UUC IX
UUC MANIX

No desestimaré la enorme inteligencia de egipicios, griegos y romanos; pero, que los mayas eran excepcionales, lo eran.

[#“akgghhh@´´•‰ ‰2!=#??]

[#“akgghhh@´´•‰ ‰2!=#??]

****qwertyuiop`+****

Misterio # 4.651: mi teclado, se echó a perder por razones que aún investigo y se arregló por otras razones que no me explico.

Dicen que mi teclado está sindicalizado y que fue una especie de protesta por hacerlo trabajar en este día.
No estoy para sindicalismos electrónicos yo, qué va.
A trabajar.

Santiago baila conga

Santiago baila conga

Hoy descubrí una nueva marca récord: en 35 segundos puedo saltar de la cama, ponerme pantalón y chaqueta de jogging, zapatos sin calcetines, ir a la puerta, abrirla y quedarme tiritando debajo del marco esperando que la tierra se abra. Sumemos a todo eso el hecho de estar casi durmiendo.
Siento pánico a los temblores.

La noticia dice así:
Un sismo de leve intensidad sacudió la madrugada de hoy la capital, percibiéndose más fuerte en edificios de altura.
Gracias a Dios que no estaba en el 12avo piso como la última vez, que casi me tiro por la ventana.
El movimiento telúrico tuvo una intensidad de IV grados en la escala de Mercalli y hasta el momento no se han reportado daños estructurales.
Sólo daño de autoestima: La mía.
El temblor se sintió a las 06.05 horas de la mañana de hoy y tuvo una duración de 35 segundos.
Una eternidad.
El movimiento telúrico también se sintió en las regiones IV, V, VI y VII con una intensidad de II a IV grados.
Eso, que panda el cúnico.
El epicentro estuvo ubicado a 10 km al suroeste de Santiago, en el Cajón del Maipo, a 94 kilómetros de profundidad.
Quiero hacer un reclamo ¿quién está encargado de decirle a las placas tectónicas que se dejen de llamar la atención y molestar a altas horas de la madrugada?

Me tomaré otro tilo.

La política también vende

La política también vende

Soy una convencida del poder de la palabra. Más allá, o más acá de Wittgenstein, Saussure o el mismísmo Flores. Lo entiendo desde lo simple a lo complejo, vaya que sí, y me llevará años comprender ese poder en otras cositas de la life.

Sea como sea (equivale a by the way, para los políglotas) ese pequeñito poder, asociado a la visualidad (el big bang comunicacional) le ha duplicado las ventas al señor Tom Bihn:

"Seattle, Washington, EU.- (...) Las ventas de Bihn se han duplicado desde que en las etiquetas de instrucciones de lavado de sus maletines para computador y mochilas aparecieron insultos en francés.
Las etiquetas dicen: "Nous sommes desoles que notre president soit un idiot. Nous n"avons pas vote pour lui".
Traducido al español: "Sentimos mucho que nuestro presidente sea un idiota. Nosotros no votamos por él".
Bihn es muy cauteloso al decir que la etiqueta no especifica a que presidente se refiere, pero su compañía ha atraído el interés de la prensa nacional desde que un cliente de Seattle se diera cuenta del insulto y pusiera una foto de la etiqueta en su página de internet.
"Apoyo la idea que es una broma acerca de mi, el presidente de la compañía", dijo el jueves Bihn, pero "claramente cuando utilizas la palabra "idiota" y "presidente" en la misma frase, la gente saca sus propias conclusiones".
Bihn también sacó al mercado camisetas y estampó en grande la etiqueta en la parte delantera”.

Me gusta, me da una cosita rara a la altura de las rodillas, estas artimañas publicitarias, que suelen ser casi siempre más producto de la casualidad que de alguna intención prevista. Es gracioso. Y rentable.

misterio # 2.112

misterio # 2.112

Sentir la libertad. Sentirla. Vivirla. Sentir estar unido al cosmos, a la vida, al mundo, nace en uno y te da un bofetón por breves instantes en la vida. Como el amor, tal vez. Pareciera estás tan vivo entonces que todo cobra sentido.

Pienso que, curiosamente, libertad y soledad son compañeras inseparables, experiencias divinas quizás. No hablo de desolación, sino de la soledad que no te desconecta: aquella que te hace ver con distancia a tu propio ego haciendo cosas por ti. Esa soledad que nutre, que llena, la que en realidad te hace sentir todo menos que estás solo.

Tal vez eso nos una, no sólo a ti y a mí, sino a todos, somos eso tal vez, seres divinos libres. Pero elegimos y lo hacemos desde las vibraciones, desde las sincronías, las sintonías o los modelos mentales. Nuestra naturaleza es común, pero somos singulares siempre. Y decidimos. Siempre.

Yo sólo sé que deseo sembrar amor en mi pecho y que cuando es libre puede hacerlo. Y mi corazón es libre gracias a esos instantes, a estos instantes, a tus palabras, a tu voz, a tu piel, a tus besos, a tus caricias, a tu cuerpo, a tus ojos, a tus miedos, tus certezas, tus pensamientos, tu inteligencia y toda esa singularidad que admiro y cabe en ti.

Mi naturaleza ha persistido en su constante transformación. Hay un tiempo para todo. Este es un tiempo de mirarte a los ojos y decirte que creo debo respetar tus indecisiones, tu deseo, tu historia y que, aún respetando eso, no puedo dejar de decir que lo que he sentido, siento, es real. Y es así, lo sabes bien. Gracias a ti.

Un poco de Vexilología postmoderna

Un poco de Vexilología postmoderna

Si no fuera porque corren tiempos de globalización y estamos en la Era de la Información, la misma que hace que estas palabras lleguen a tus ojos -bendita tecnología-, bueh, la cosa es que si no fuera por eso, poco me importaría (y, la verdad, no me desvela el tema) lo de la bandera de Irak. Y es que Irak nos entra hasta por la sopa. Mueren a diario miles de personas por razones de injusticia que ni siquiera sabemos, más mueren cerca nuestro por culpa de la inconciencia del tráfico de nuestras calles; sin embargo, Mi Venerado Sony Wega ya me ha dicho que en Irak están los muertos que importan.

Y hoy me ha dicho que el Nuevo Irak tiene nueva bandera. ¿Donde habrá quedado aquella definición del símbolo que decía que “es la representación sensorialmente perceptible de una realidad, en virtud de rasgos que se asocian con ésta por una convención socialmente aceptada”?

Y es que nadie le dice que no a quien te mete las manos en los bolsillos para darte monedas o, si te da por ponerte quisquilloso, te muestra un tanque blindado como para combatir en Tierra Media muerto de la risa.

Así es, estos muchachos han decidido olvidar al maquiavélico, con aspecto de pulguiento (lo digo por aquel vídeo que me mostro mi Lord Sony Wega), Sadam. Y han empezado por cambiar sus códigos visuales.

La bandera dice lo que sigue: blanca con dos franjas azules horizontales en la parte inferior que representan a los ríos Tigris y Eufrates, separadas por una franja amarilla que simboliza la minoría curda del país. Una media luna azul se asoma sobre las franjas, como símbolo del islam. ¿Qué tal?

Se ve que la cosa no les gusta a algunos, no me imagino que si eso sucediera en este país, uh, es imposible. Además que es una bella bandera la de aquí, je.

En fin, la cosa da para pensar, así me lo sigue diciendo mi Venerado; y le digo que me da fiaca pensar en eso, que está lejos y tal. Me responde furioso que no sea inconsciente y que me preocupe del mundo, que así se me hace más fácil lo cotidiano, de paso me dijo que no olvide pagar la cuenta del teléfono, y la del gas y la luz y que me diera una vuelta por el mall a ver las ofertas de Almacenes Paris y además me sugirió cambiara de banco y otras cosas más, es que... me dice tántas cosas.