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PETRA V.1.0

.: Freddy Krugger es mi vecino :.

Hace cuarenta años atrás Canetti escribió un librito que marcó época: Masa y Poder. Hace cuarenta años atrás nada habría tenido que hacer la Rowling y su Harry Potter o el Weiss y sus fantasmas del pasado, eran otros tiempos. La cosa es que el Canetti empezaba su libro aquel del siguiente modo: “Nada teme más el hombre que ser tocado por lo desconocido. Desea saber quién es el que le agarra; le quiere reconocer, o al menos, poder clasificar. El hombre elude siempre el contacto con lo extraño.”

El primitivo instinto de sobrevivencia lucha contra lo más temido o desconocido: la muerte. Nada más mortífero que un arma, un tanque u otro hombre atemorizado. Y así la cadena de miedos, temores se sucede en diferentes escalones de la conducta, llegando al clímax de tener hasta miedo de invitar al cine a aquella muchacha triste que te fascina desde que entró a trabajar a la oficina. Y empezamos a construir una serie de hábitos y costumbres del miedo, del que no se note que se te hace a la primera de tango.

Vivimos muertos de miedo. Pero, cosa extraña, anhelamos el poder; anhelamos estar detrás de la cortina del miedo. Somos como ratoncitos de laboratorio muy bien domesticados en el miedo, pero algo falla, somos rebeldes, queremos saber qué sucede si decido no comer más queso, no importarnos la lucecita cuando se deba, recordar el riesgo. Y se nos vuelve a hacer.
Pero, a veces, nos comemos un quesito, achicamos los ojos mirando al infinito, nos agarramos la colita, la mordemos traviesamente y pensamos: ¿qué pasaría si no tuviera miedo?

y bueh... a otra cosa, mariposa.

1 comentario

Roberto -

El miedo… otra emoción indominable.
La esperanza para arriesgarse y tratar de salir del miedo es mirar, agarrar, morder y pensar… buen comienzo.

Lo que da más miedo es vivir desde el miedo.
Más que tu vecino.