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PETRA V.1.0

//un pequeño cuento//

Había una vez una niña cuyo talento solía brillar en el dibujo. A sus diez años había ganado numerosos premios, ella confiaba en su habilidad y empezó a comprender que el placer que le provocaba el reconocimiento tal vez no la abandonaría. Un día, en la entrega de los premios de un concurso, la galardonaron con el segundo premio. Horror: había perdido. Medalla de plata. La de oro, la luciría otra niña... pero no podía dejar de pensar que efectivamente aquel dibujo era mejor que el suyo. Entonces la idea de saber que su talento no era el mejor la llenó de dudas, si no era ése su talento.. ¿cuál sería entonces? se preguntaba, y dejó un buen tiempo de participar en concurso alguno o dedicarle tanto tiempo a esa habilidad. Decidió desarrollar su talento cuando lo encontrara.

Varios años después, las vueltas de la vida la llevarían a tener una fuerte amistad con la niña de la medalla de oro. Aquella anécdota se había diluido en el cariño. Una tarde en la casa de su amiga, mientras estudiaban matemáticas, se levantó de la mesa en la que estaban estudiando para sacar un libro de la pequeña biblioteca que ahí había. Su innata curiosidad la obligó a urguetear entre otros libros. Sin querer tomó un libro en el que se encontraba una pequeña ilustración: exactamente igual a la que fue premiada con el oro años atrás. Tomó el libro, lo abrió de par en par para mostrar aquel dibujo, y se lo enseñó a su amiga, poniéndole cara de exijo una explicación... -¿nunca soportaste que ganara el oro, verdad?- le dijo la amiga a la niña, mientras se dirigió a un cajón para sacar la medalla y la miró arrugando la nariz y sacándole la lengua...

La turbación de descubrir el plagio de su amiga la conmovió por breves instantes, algo en su interior se recomponía y construía de nuevo. Aquella había sido la única vez que su amiga había ganado un concurso y al mismo tiempo la última de ella. Ese algo nuevo en su interior le hablaba de lo insignificante que eran aquellas medallas y, al mismo tiempo, lo significativo que había sido para ambas. -Fuiste muy, pero muy lista... a decir verdad copiaste muy bien el dibujo, el tuyo era más bonito que este... y esa medalla...tú lo sabes... ¡es mía!- le dijo riendo.

La niña al cabo del tiempo fue mujer y sucedió que cuando ya nada de aquello quedaba en su memoria, cuando su amiga se encontraba a miles de kilómetros de su hogar, cuando la búsqueda de sus talentos ya estaba abandonada, cuando la idea de galardones estaba superada... se encontró, entre pequeños recuerdos de su infancia, con las medallas.. la de plata que se había ganado y la de oro que su amiga le regaló cuando tuvieron que separarse.

La mujer tomó las medallas en su mano y sólo pudo recordar que su amiga la hacía reír hasta sacarle lágrimas y acalambrarle el estómago. Al final las medallas le habían dado su reconocimiento: re-conocer que ni todo el oro, ni toda la plata la harían reír como aquella amiga plagiadora.

4 comentarios

Roberto -

(risas)... ... ... ... ...
(muchas) ... ... ... ... ...
Me ha gustado mucho la moraleja.
Me has subido el ánimo. Me voy a escribir.

petra -

la moraleja del cuento es: si ganas el segundo lugar, hazte amigo del que se ganó el primero. (je).

Roberto -

y...
¿hay moraleja?

Roberto -

Qué momento! Abrir el libro y ver el dibujo... llego a sentir vértigo...