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PETRA V.1.0

Otoño-ño

Otoño-ño

Hace algo de frío, sí, está empezando el otoño a declarar su desgano. Tarde oscura para nuestro vecinos bolivianos. Festejo para los nuestros.

//un pequeño cuento//

Había una vez una niña cuyo talento solía brillar en el dibujo. A sus diez años había ganado numerosos premios, ella confiaba en su habilidad y empezó a comprender que el placer que le provocaba el reconocimiento tal vez no la abandonaría. Un día, en la entrega de los premios de un concurso, la galardonaron con el segundo premio. Horror: había perdido. Medalla de plata. La de oro, la luciría otra niña... pero no podía dejar de pensar que efectivamente aquel dibujo era mejor que el suyo. Entonces la idea de saber que su talento no era el mejor la llenó de dudas, si no era ése su talento.. ¿cuál sería entonces? se preguntaba, y dejó un buen tiempo de participar en concurso alguno o dedicarle tanto tiempo a esa habilidad. Decidió desarrollar su talento cuando lo encontrara.

Varios años después, las vueltas de la vida la llevarían a tener una fuerte amistad con la niña de la medalla de oro. Aquella anécdota se había diluido en el cariño. Una tarde en la casa de su amiga, mientras estudiaban matemáticas, se levantó de la mesa en la que estaban estudiando para sacar un libro de la pequeña biblioteca que ahí había. Su innata curiosidad la obligó a urguetear entre otros libros. Sin querer tomó un libro en el que se encontraba una pequeña ilustración: exactamente igual a la que fue premiada con el oro años atrás. Tomó el libro, lo abrió de par en par para mostrar aquel dibujo, y se lo enseñó a su amiga, poniéndole cara de exijo una explicación... -¿nunca soportaste que ganara el oro, verdad?- le dijo la amiga a la niña, mientras se dirigió a un cajón para sacar la medalla y la miró arrugando la nariz y sacándole la lengua...

La turbación de descubrir el plagio de su amiga la conmovió por breves instantes, algo en su interior se recomponía y construía de nuevo. Aquella había sido la única vez que su amiga había ganado un concurso y al mismo tiempo la última de ella. Ese algo nuevo en su interior le hablaba de lo insignificante que eran aquellas medallas y, al mismo tiempo, lo significativo que había sido para ambas. -Fuiste muy, pero muy lista... a decir verdad copiaste muy bien el dibujo, el tuyo era más bonito que este... y esa medalla...tú lo sabes... ¡es mía!- le dijo riendo.

La niña al cabo del tiempo fue mujer y sucedió que cuando ya nada de aquello quedaba en su memoria, cuando su amiga se encontraba a miles de kilómetros de su hogar, cuando la búsqueda de sus talentos ya estaba abandonada, cuando la idea de galardones estaba superada... se encontró, entre pequeños recuerdos de su infancia, con las medallas.. la de plata que se había ganado y la de oro que su amiga le regaló cuando tuvieron que separarse.

La mujer tomó las medallas en su mano y sólo pudo recordar que su amiga la hacía reír hasta sacarle lágrimas y acalambrarle el estómago. Al final las medallas le habían dado su reconocimiento: re-conocer que ni todo el oro, ni toda la plata la harían reír como aquella amiga plagiadora.

misterio # 2.802

misterio # 2.802

Existe un misterio aguardando en esa esquina que a diario transito, al doblarla un halo de aromas me roba el presente para convertirme, por breves segundos, en un árbol perenne que me cuenta de su eternidad.

El asombro me conmueve. Los espejos me reflejan, por momentos, el misterioso color que me tiñe tu presencia efímera, la impresión da paso a la alegría, y ésta a la gratitud, es sencillo descifrar las claves que el amor le enseña a uno para saber que te roza cuando menos lo quieres, cuando la torpeza de sobrevivir te devora en su plenitud.

.: Freddy Krugger es mi vecino :.

Hace cuarenta años atrás Canetti escribió un librito que marcó época: Masa y Poder. Hace cuarenta años atrás nada habría tenido que hacer la Rowling y su Harry Potter o el Weiss y sus fantasmas del pasado, eran otros tiempos. La cosa es que el Canetti empezaba su libro aquel del siguiente modo: “Nada teme más el hombre que ser tocado por lo desconocido. Desea saber quién es el que le agarra; le quiere reconocer, o al menos, poder clasificar. El hombre elude siempre el contacto con lo extraño.”

El primitivo instinto de sobrevivencia lucha contra lo más temido o desconocido: la muerte. Nada más mortífero que un arma, un tanque u otro hombre atemorizado. Y así la cadena de miedos, temores se sucede en diferentes escalones de la conducta, llegando al clímax de tener hasta miedo de invitar al cine a aquella muchacha triste que te fascina desde que entró a trabajar a la oficina. Y empezamos a construir una serie de hábitos y costumbres del miedo, del que no se note que se te hace a la primera de tango.

Vivimos muertos de miedo. Pero, cosa extraña, anhelamos el poder; anhelamos estar detrás de la cortina del miedo. Somos como ratoncitos de laboratorio muy bien domesticados en el miedo, pero algo falla, somos rebeldes, queremos saber qué sucede si decido no comer más queso, no importarnos la lucecita cuando se deba, recordar el riesgo. Y se nos vuelve a hacer.
Pero, a veces, nos comemos un quesito, achicamos los ojos mirando al infinito, nos agarramos la colita, la mordemos traviesamente y pensamos: ¿qué pasaría si no tuviera miedo?

y bueh... a otra cosa, mariposa.

FOrUmCUltUrAs2004 ::: bcn

Me cuentan que hay una campaña en contra del Fórum de las Culturas de Barcelona, evento que me interesaba mucho. Leo lo que se informa y me cuesta comprender si podemos evitar algo de lo denunciado. Quien sabe. Han sido días extraños, mucha queja, mucho reclamo.

http://www.sindominio.net/lasagencias/forum2004/

"Sonreídme, que voy
a donde estáis vosotros los de siempre,
los que cubrís de espigas y racimos la boca del que nos escupe,
los que conmigo en surcos, andamios, fraguas, hornos,
os arrancáis la corona del sudor a diario.

(...) En vuestros puños quiero ver rayos contrayéndose,
quiero ver la cólera tirándoos de las cejas,
la cólera me nubla todas las cosas dentro del corazón
sintiendo el martillazo del hambre en el ombligo,
viendo a mi hermana helarse mientras lava la ropa,
viendo a mi madre siempre en ayuno forzoso,
viéndoos en este estado capaz de impacientar
a los mismos corderos que jamás se impacientan". M.H.

autobuses :: micros :: latas

El bochorno de subirse a un microbus, pagar al chofer y sacar el boleto por la máquina expendedora de boletos, a lo mínimo produce vergüenza, y propia.
A eso sumarle el trauma de viajar apretujado, resguardando los bolsillos, armando una paciencia que en las horas puntas no existe, escuchando la radio mal sintonizada, el humo asfixiante y el montón de lata que porta a los infelices que no sabemos manejar, o no tenemos vehículo, o sencillamente creemos en la locomoción colectiva.
-La culpa es de la mafia de las micros-, dice una señora acostumbrada al ritual de desplazarse por locomoción colectiva; -los pobres choferes van estresados y además les roban- interpela un señor tratando de consensuar la relación fortuita de la espera. Quince minutos después la micro arriba y en un ademán clasico de servidumbre subimos y tratamos de ignorar la infernal experiencia, al llegar a casa trataremos de olvidar.
Y no. No se debe olvidar. El dolor se olvida, la pena se olvida, pero la inoperancia se denuncia, se trabaja, se supera.
No se necesita un servicio de azafatas, ni un hilo musical dentro de un bus; se necesita eficiencia, la misma que se le exige al peatón de arribar a su lugar de trabajo, de llegar temprano a su hogar o de poder aprovechar su tiempo en algo más que no sea darse de narices con el abuso constante.

Bolivia: ¿nos preocupa o nos importa un pito?

-¿qué es la verdad?-.
dicho por Poncio Pilatos (estilo jugador de rugby americano o modelo de pasarela de Milán, como escribió alguien por ahí) a su esposa en el film La Pasión de Cristo, de Gibson.

ON / zzzzappp / canal 13, Acoso textual
(conclusión: ¿le copia sergio lagos al catalán andreu buenafuente? no sé, se me ocurre)

por lo pronto ocuparnos de temas televisivos es una tarea que pareciera se perfila como ácido para nuestra –poco ejercitada- habilidad de opinar.

de algún modo el “tratamiento”, el “formato”, en que se debaten ciertos temas no difieren mucho aún si hablamos de soberanía o de las llallas de Felipe Bianchi.. De ahí que denominemos circo a la cosa, no es sino darse cuenta que lo que debatimos forma parte del espectáculo, en donde la “realidad” (Lyotard puede ser un buen apunte sobre ese tópico) es el escenario que –prefabricado, digitalizado, televisivo- le da connotación posible –verdad- a un argumento falso.

/ zzzzapppp / cambio el canal / canal 9, Mekano
(conclusión: algún día tendré tv cable, tanto snobismo me está estropeando el buen vivir)

ligamos afrentas históricas al patio de nuestra casa, siendo que estamos absolutamente descontextualizados del tema, ni sabemos, ni conocemos el sentir de Bolivia, pues apenas alcanzamos a reconocer nuestro propio sentir. ¿qué sabemos de nuestros vecinos de barrio acaso? ¿qué sabemos de los que viven en nuestro mismo país? ¿qué sabemos del tema de los mapuches en el sur? ¿qué sabemos de lo que sucede en Aisén, o en Arica? ¿o de nuestros colaboradores cercanos, incluso, de nuestros amigos a veces?

/ zzzzapppp / cambio el canal / canal 7, Comerciales
(conclusión: mi pelo requiere un nuevo acondicionador y mi billetera una mini tarjeta)

está claro que nos aventuramos a dar juicios, a elevar argumentos de lo que pensamos puede ser la situación, pero como también podemos observar demasiado intereses y demasiadas exaltaciones, el tema se torna complejo. Queremos ser los “buenos” de la película quizás, o tal vez los protagonistas simplemente.

tal vez frente a nuestras narices está el mejor filme, y en él somos buenos actores de reparto. Somos los que ponemos el hombro a la especulación de quienes se duermen en nuestras pataletas chauvinistas a veces, sentimentales otras. Hoy en día es más fácil ser enemigo de Bolivia, o ser adictos al prozac que personas imperfectas con expresión y preocupación cívica.

/ zzzzapppp / cambio el canal / canal 11, Noticias
(conclusión: las niñitas del Liceo 7 son histéricas)

en lo personal, pienso que mejor que preocuparnos tanto de Bolivia y su Armada del Titicaca, sería más generoso ponerle ojo a esta economía desorbitante que nos ha puesto en el marco de las “vías de desarrollo”. Pero que –por lo visto- cuenta con una democracia floja, ciertas maniobras supuestamente diplomáticas resultan ser verdaderos caballitos de troya, adolecemos de una incultura severa en lo civil (que se agudiza en generaciones más jóvenes), ostentamos una enorme pobreza encubierta y una casta de excelentes especuladores que no va a permitir muy fácilmente que la “idea” de desarrollo humano (lo que deseamos algunos) le quite la gallinita de los huevos de oro...

cuando pienso en esas cosas... La verdad no quita que me pregunte si realmente Tom Cruise volverá con la Nicole Kidman, pues tal vez aún se aman, así como no deja de atraerme la idea de saber qué pasa por nuestras cabezas que estamos pensando en dar la presidencia a una mujer, sin saber si es porque creemos hará buena gestión o porque sería topísimo tener una mujer –con demasiado style- a la cabeza de nuestro país.

/ zzzzapppp / OFF

Vuelvo a la página 52 de Metafísica de los tubos. Amelie Nothomb. Recomendable.

Amor a la americana

Para alguien a quien las palabras y los relatos la persiguen todo el día, estás algo desanimada, te dices.
Pero no es desánimo, es cansancio. O no es cansancio, es desesperanza. No, nada de eso.
Te pasa la vida. Eso es.
Y la vida tiene colores extraños que no alcanzas a distinguir. Hoy ha sido un día de ese color extraño. Sin el aroma que te hace distinguir lo cierto de lo falso.

La vida es temporal y huele a luna.

Sobrevivencia

La idea resultó bien al principio. Sí. Pero al cabo de un par de horas, se había disipado el entusiasmo de crear semejante ilusión. Vaya cómo te mientes. Era tan sencillo, imaginábas que venías llegando por primera vez al país. Habías de pensar que todo era nuevo. Y sí. De repente me vi sorprendida por el aire cálido, la autopista a medio hacer, el señor del taxi que me llevaba por mil pesos al centro de la ciudad.
El señor, en realidad un joven, reflejaba su rostro por el espejo retrovisor. Sus cejas eran profundas, sus pómulos altos y las pestañas gruesas. Tenía un aspecto entre un galán de telenovela y un soberbio cacique. Te estás poniendo "etnista", pensaste, al observar en tanto detalle. Iba conversando con otro cliente que por la misma suma que yo marchaba apurado al centro de la ciudad. Mientras nuestro circunstancial chofer hablaba y hablaba y hablaba sobre las maravillas, lo fenomenal, lo descueve, lo estupendo y súper de unos arreglos hechos en alguna casa al norte del país -supuse la casa de su infancia o anterior residencia-, el copiloto de travesía le interrumpió para comentar la muerte del hijo, de 33 años, del Gato Alquinta, el de Los Jaivas.
Por un momento recordé lo leído, lo visto y lo escuchado, el caos, el miedo, los celulares que sonaban días antes lejos de aquí.
-Pucha que le ha tocado duro a esa familia.. han tenido muy mala racha..- comentó el taxista y prosiguió con su plática albañilera.
Cuando me bajé, el chofer me dio un -que tenga un buen día- y bajé deprisa. Tenía prisa sí. Prisa por no olvidarme que llegaba a un nuevo país. Y sí. La idea resultó bien al principio. Al cabo de la siguiente hora no podía remediar identificar lo ya reconocido, por diecisiete años aprendido. Traté entonces de empezar a pensar en el trabajo pendiente, sí. Eso sí daría resultado. Quedará maravilloso, fenomenal, descueve, estupendo y súper.

Que tengas un buen día.

Paz

El dolor del otro es una cosa que jamás sentimos, el dolor del otro es una cosa que sólo percibimos, lo vemos, lo olemos, apenas tocamos.
Pero ese dolor nos hace menos indiferentes. Y transformando la indiferencia construimos el analgésico eficaz.
Que esa transformación signifique nuevos sueños y cariño. El único modo, se me ocurre, de transformar tanto miedo en valor suficiente para seguir cultivando esperanza y paz.
..Vaya días.